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En 2005, Jobs fue invitado por la universidad de Stanford a dar un discurso a los estudiantes durante la ceremonia de graduación y esa charla, estructurada alrededor de tres breves historias personales, se ha convertido en una de sus intervenciones más famosas y un ejemplo de su filosofía de vida. «Tienen que encontrar lo que aman hacer. Y esto vale tanto para el trabajo como para el amor. La única forma de tener un trabajo genial es amar lo que hacen. Si aún no lo han encontrado sigan buscando. No se conformen». A lo que añadió Jobs para hablar sobre la muerte. «A los 17 años leí una cita que decía algo como: 'si vives cada día como si fuera el último, algún día tendrás razón'. Aquello me marcó y me he pasado cada mañana durante los últimos 33 años mirándome al espejo y preguntándome: '¿Si hoy fuese mi último día de vida, querría hacer lo que voy a hacer hoy?'».
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